Penetra en la noche la tenue brisa,
Alma de personalidad incierta.
Ante las sombras y enigmas, despierta
Una fina claridad, que improvisa
Una luz oferente, bien dispuesta,
Que aporta las cualidades sin prisa,
Amarteladas entre su divisa,
Sobre sus dos cuidadores contenta.
Belleza tallada en figura frágil,
De largas estirpes representante,
De voz ya firme y movimiento grácil.
La luna es protagonista creciente,
De un latido incomparable y sutil,
Aún con su talante balbuciente.