*******************************************************************
Hoy, al borde de tu ausencia, te estoy extrañando,
aunque sé, que cuando nos vamos perteneciendo,
tú, jamás un cielo me andas inventando
y yo, nunca nada te estoy prometiendo.
Somos dos seres que viajamos en un camino incierto,
llevados de la mano de nuestras emociones,
ansiando sublimes momentos para nuestro concierto
y amándonos… en nuestro lecho, sin limitaciones.
Tan sólo tú calmas tu sed de hombre en todo mi ser.
Tú, mi compañero casual en un viaje sin destino,
del que me alimento cuando estoy siendo su mujer
y con quien bailo los segundos al son de un buen vino.
Abanicamos siempre los prejuicios innecesarios,
sonriéndoles a ellos y dejándolos a un lado,
vivimos… sin importarnos los comentarios
y con un “te quiero” que se halla encarcelado.
Sí, un “te quiero” preso que nació en algún momento,
entre rejas está y grita por su libertad,
él existe con la fuerza de los cuatro vientos
y feliz espera su sentencia y con ansiedad.
Es un “te quiero” nada expreso y que consiento,
temeroso quizá por quedarse desabrigado,
está cubierto de sonrisas y anda muy atento
esperando poder sentarse siempre a tu lado.
Cierto es, que las palabras se enmudecen
cuando se conjugan las miradas en un todo…
los “te quiero” viven arrestados y crecen…
mientras nos entregamos de algún modo.
Hija del Sol
Julio, 2013
*******************************************************************