Tan confiado he sido toda mi vida,
que no puedo creer
todos los desaires que recibo de tu parte.
Siempre he confiado en ti.
Y a pesar de tus indiferencias,
sigo confiando en tu persona.
Comprender y confiar,
es importante para mí.
Tener la necesaria creencia,
para que la vida sea más llevadera.
Este mundo es tan variable humanamente,
que a veces siento muchos miedos de la humanidad.
Y sé que así no debe ser...
no puedo creer los comportamientos
que la gente tenemos hacia nuestros semejantes.
A veces creo que estamos un poco locos.
Ten en cuenta que también me incluyo.
Actitud incomprensible es la tuya,
y permaneces en silencio...
para mí el silencio no es una respuesta,
es la cobardía de no animarte
a decir lo que piensas...
Por pequeños motivos,
la gente se divide, se separa.
Uno se excluye del otro.
Como tú estás haciendo conmigo.
No puedo creer esta realidad inexplicable.
Tus motivos tendrás, supuestamente.
Todo radica en que debes conversar.
Dialogar... el diálogo es importante
entre la gente, para conocernos mejor.
No deseo ser el lobo malo de la película.
Tú eres una caperucita roja,
buena y con profundos sentimientos.
Me creo un lobo bueno.
Estos son pensamientos que en este momento
se me ocurren hacértelos saber...
Nuestros entrecortados diálogos,
tendrían que ser más asiduos.
No quiero forzarte hacer lo que no sientes.
Yo te digo lo que siento...
y espero no te ofendas por ninguna de mis palabras.
Mis letras son sinceras,
aunque a veces mi imaginación me lleve
mucho más allá...
de lo que tendría que decir.
Sácame de esta incertidumbre.
Cuéntame algo de ti,
estoy seguro que me complacerás,
o no, eres tú la que debe decidir.
Si te digo que no puedo creer...
con tus palabras... hazme creer...
Todos los derechos reservados del autor(Hugo Emilio Ocanto - 01/08/2013)