Eres una luz incesante en mi mente,
inquieta y avasalladora,
has logrado penetrar
hasta el último rincón de mi ser,
ahí donde nadie había logrado llegar.
Te has convertido en mi guía,
en esa estrella de oriente,
que Dios ha puesto en el firmamento,
para no perderme en la oscuridad.
No respetaste la advertencia de no acercarte,
altivo y adorable, te impusiste
y has logrado conquistarme.
Abrázame pues, toma mi mano
y andemos el sendero que
nos espera una vida
plena de amores y placeres.
Yo fingiré no verte,
fingiré no sentirte,
fingiré no estar perdida por tus besos,
por tu cuerpo, para que tú,
poco a poco y sin retraso,
a paso lento y seguro,
me enamores día a día,
hasta quedar completamente
perdida de amor... por ti.
Te amo... !