Me perderé en el amanecer de tus ojos,
sintiendo que en tu mirada se detiene mi tiempo,
y mientras tiemblo, al mirarte sentiré
como este sueño de ilusión deviene eterno.
Que el fuego de tus ojos fue ardiente sol
que alumbraba noche y día mi universo,
que muero por arder en la pira de tu mirar
y sentir como al mirarnos rozamos el cielo.
Me perderé en la dulce miel de tus labios,
sintiendo que en tus besos renace mi fuego
y mientras suspiro, al besarte sentiré
como este sueño de pasión se antoja eterno.
Que la miel de tus labios fue anhelado manjar
que embriagaba noche y día mis sueños,
que muero por probar el elixir de tu boca,
y sentir como al besarnos acariciamos el cielo.
Me perderé en el poder de tus brazos,
sintiendo que en tu piel se consumen mis deseos
y mientras me entrego, al amarte sentiré
como este sueño de amor se hace eterno.
Que el ardor de tu ser fue prohibida pasión
que encendía noche y dia el volcán en mi cuerpo,
que muero por vestirme con la desnudez de tu piel
y sentir como al fundirnos descubrimos el cielo.
Adoración Medina
1-8-13