Cuando en mis ojos tú leas
Lo que por ti estoy sintiendo
O de mis labios escuches
Lo mucho que yo te quiero,
Sabrás que tú has sido la única
Que vive en mis pensamientos;
Que por tenerte a mi lado
Daría cuanto yo tengo;
Vivo interminable lucha
Entre mi pecho y cerebro:
El uno grita que te hable,
El otro impone el silencio.
-¡Renuncia!, es un imposible.
-¡Defiende, torpe, tu anhelo!
Los dos siempre en gran disputa,
En eterno desacuerdo...
¿Qué será lo que conviene
En tan rutinario juego:
Aceptar veneno amargo
O luchar por lo que quiero?
¡Defenderé tu cariño
Aunque muera en el intento
Porque prefiero la muerte
A renunciar a tus besos!
Qué más da, perder la vida,
Qué más da la infausta suerte;
Si he de morirme por ti:
¡Es una gloria el perderme!...