Hay personas que te suman, pero son mas las que restan, personas movidas por el interés y por ese motivo llegan a ser hipócritas y mas tarde mal agradecidos. Un día eres excelente y otro día simplemente no eres, a veces no vemos rodeados de personas que dicen llamarse nuestros “amigos” mientras estés de acuerdo con ellos, mientras regales a sus oídos y a su ego eso que desean escuchar.
Con amigos así, ¿para que necesitar enemigos?, haces mucho en todo momento que te necesitan y se acostumbran a recibir y recibir y el día que no puedes serles útil eres de lo peor, repentinamente sufren de amnesia y no recuerdan todo el bien que le has hecho.
¡Ay! el ser humano mal agradecido que muerde la mano que le da de comer, si tienes un solo amigo que a través del tiempo ha sabido estar contigo y te ha aceptado con lo bueno y lo malo, siéntete feliz, es mejor un amigo así, que cientos de mal agradecidos.
Hay personas que se creen merecerlo todo porque si, sin luchar sin esforzarse, exigiendo atención, favores, amor y no son capaces de retribuir lo recibido, peor aun miran mas arriba, cierran los ojos, bajan la cabeza, matan la conciencia con tal de no recordar que hubo alguien que les tendió la mano.
Culpables somos de alimentar plagas como esas, que se aprovechan de la bondad de las personas, solo saben utilizar a lo demás según su conveniencia, falsos, traidores, hipócritas e insensibles que afilan la espada para dar la estocada cuando ya no eres un siervo a favor de sus intereses.