Palabras de la eternidad
Escribirte con los labios tantas rosas en el alma
Esa es la ley de este espíritu de Romeo
De esta gaviota de fuego que de mis fuerzas escapa.
Yo soy un pez con alas cósmicas
Que danza en el agua que te habita
Desde toda la raíz de tu acuario.
¡Que entienden esos ojos de ciudades tan humanos
Lo que este espectro arrastra desde todos sus finales!
Nada conocen ya de mí,
Yo no camino, yo vuelo,
Yo no corro, nado en el cielo incomparable,
¿Y quién me avisto ascender a la eternidad
Con dos globos de luz mezclándose en los aires?
Que hable o calle para siempre,
Ese será su martirio en lenguajes de matrimonio,
Yo soy el mismo poeta que fue aquel siglo
Yo soy a esta hora en otro cuerpo
Un viento súbito y letal que te aprisiona,
Liada a mi jaula de pájaros
no hay salidas para escapar al encuentro,
Yo soy tu corazón eterno más allá de los pegazos
Gimiendo en el beso de las almas.
Yo puedo mirarte y desnudarte por completo
Y no, no son tus ropajes aquellos que someto
Eso es demasiado carnívoro para un alma blanca
Son tus pétalos mi amada, tus mil extremos
Socavados a la fe de mis palabras
Porque yo tengo en los ojos
Visión y maquinarias de fantasías
Algo así como fábula, pero a la vez tan sutil,
Un rayo ultravioleta que te abraza con sus ramas
Una aleación de almas traspasando las pupilas tuyas
Un experimento del Dios insostenible,
Eso, más eso soy, para anidar en tu núcleo transparente
Amándote por la eternidad de los infinitos…