El mundo es una vitrina
llena de maniquies
que se venden de ocasión
son bellos, pero de cartón,
de silicon y acrílico
todos iguales sin diferencias,
sonrisas de laboratorio, nalgas de almidón
afectos de papelillo, y aserrín en el corazón,
como estatuas de cera, posan
en las fotos del facebook y en el twitter,
y en cualquier medio de difusión
parecen mises de revistas, y
galanes de televisión,
como muñecos de juguetería,
todos pronuncian la misma palabra,
todos son de batería, no tienen distinción,
pero son de marca fina,
lo que les da mucho valor.
Hombres y mujeres de vitrina
que triste mi desilusión