Que pulcritud en tus palabras,
cuantas verdades y aciertos traes contigo,
sorprendido quedo ante tanta claridad
y derrotado me siento al no saber
cómo seguir tus santificados senderos.
Reflejo de paz y armonía en tus andares,
pasos tranquilos y sin miedo,
sonetos iluminados en tus cantares,
mortal guiado por el cielo.
¡Pobre yo que no soy más
que un poeta enfermo de tanto fango
y tanto estiércol!,
solo pasan por mi cabeza versos viajeros
en esta tierra mundana
traídos directamente del infierno.