En el momento de la espera,
Es el tiempo un gran enemigo
Hasta un segundo desespera,
Por las ganas de estar contigo;
Y si es inmensa la tardanza,
Más es la desesperación,
Con la más mínima esperanza,
Casi revienta el corazón.
Y entre obsesionante quimera,
Triste y solitario te digo
Que por favor seas sincera
Y que nunca juegues conmigo.
Es el tiempo una aguda espada
Que mucho me hace padecer,
Cuando no llega tu llamada
Siento el cuerpo desfallecer
Pero si llega tu llamada
Todo por fin vuelve a brillar;
Mi alma se conmueve extasiada
Porque me volviste a llamar,
Tan despreocupada llegas
Que la pena me deja en paz,
Con mis vanos reproches juegas…
El tiempo se escapa fugaz.