las sonrisa que aturde y desenfoca
la mirada que quema y destruye
los besos pesados que en la tumba resuenan
los barbaros atilas amos, que en la casa se destronan
las caricias que en sueños se desnudan y destilan
los alejandros que festejan en cada cañaveral los días de primavera
los ruiseñores que en el alba la rutina se vuelve frenesí