Tal vez los colores no sean más que una simple apariencia. Podrían ser la superficie de lo desconocido. O el porte de lo obvio. Quizás esa paleta inmensa encubra fisonomías extrañas o presencias certeras. De algo estoy segura: no perderé mi envoltura colorada ni resignaré mi porte bermellón. Por más que los colores sean una simple apariencia mi vista y mi aire siempre estarán teñidos de carmín.