Sigue así como siempre,
sigue tu camino sin pasos,
ausente, reflejo oscuro
en el espejo, cristal de humo inerte.
Yo sigo aquí…
Y renaces, embrujo perpetuo;
bajo las olas solares, bañando
los valles. Cada mañana te
descongelas - Estatua de carne- ,
te desvaneces.
Y yo sigo aquí…
Florecen tus extremidades blandas,
terciopelo suelto en el alba;
esas manos enloquecidas
que me dan la calma.
Y yo sigo aquí…
¡Ay! Pero anochece mujer de nadie,
y arremetes contra mi,
caes en un sueño profundo y desolado,
te petrificas al primer
roce de mis tristes manos.
Y yo sigo aquí…
Y seguirá así mi suerte, aquí,
Cada noche.
Y seguirá así tu cuerpo, aquí.
Siempre ausente.
Siempre INMÓVIL.
Siempre aquí…