Poco oh nada resta, después de hacer nuestro deber, nunca he pensado, qué hacer cuando tuviera los hijos independientes, con su vida. Patrimonio conseguido, para nuestra jubilación. Cuando he llegado a este punto, se ha derrumbado todo. Como tonta en medio de in puente, sin saber si seguir adelante, parar oh intentar volver atrás e empezar de manera distinta, para seguir adelante.
Cruce tremendo en mi vida, desorientación, incomprensible, la manera de ser de los demás. Dando vueltas y más vueltas en mi cabeza no encuentro el camino para andar calma e ilusionada con algo. Prensada por tantos desabores amargos, de parte de quien tenía obligación de ayudarme, ando triste, sin ganas de nada.
Hay un límite para aceptar y hace bastante tiempo que lo pasaran. Orgullo sucio, incompetencia para saber que está siendo de lo más bajo que un ser humano puede llegar, quizá por ignorancia.
Como bruma que cubre la arena, no dejando ver el mar, este manto de incomprensión, me envuelve, quería comprender, tantos porqués, es tan raro lo que pasa, que parece una película de ficción.
Sé que tengo una imaginación, quizá en demasía, pero, normal. Para quien es atenta.
Entiendo cuando estoy a estorbar, cuando no soy bienvenida, nunca me he metido en la vida oh imponerme sea a quien sea.
Nunca es despreciado a nadie, ni ofendido, siempre mi ayuda fue incondicional para todos. Siempre me ha dado placer que sonreían por un gesto de buena voluntad de mi parte. La tristeza de los demás nunca me ha dado placer, al revés, quise siempre ayudar a que, la superaran.
Me he desnudado de mis pertenencias, todo he dejado en favor de otros y mismo así, me ignoran como si no existiera.
No es así, estoy viva, soy la fuerza de la razón, soy alguien quien mañana pedirán ayuda, la arrogancia y orgullo pobre, un día se volcará contra ellos y junto a mí vendrán. Los espero. Sin altivez ni venganza, les daré la mano, para que no sientan lo injusto que han sido conmigo.
La vida es un regalar y recibir, la mía fue más no esperar nada de nadie, a dar todo lo que pude, la recompensa vendrá.
Este cruce tremendo, que tanto me lastima, esta bruma que no me deja ver, ya pasará.
No abro mano de lo que me hace un poquito feliz, aunque las gallinas hablen. Es tan poco, tan sencillo, que los demás no lo ven. Mejor, así me llamarán lo que no deben, pero que ni entra en mis oídos.
Como pan de ayer, comida también, pero vivo sin pena, sin envidia, sin llorar por no tener cosas de hoy.
En el futuro está la incógnita el desconocido, ayer, la verdad y realidad, Cosas que he sentido, momentos dulces, cariños, risas, abrazos y lo más importante salud y esperanza. Corazón lleno, de fe para mañana.
Camino por sendero, firme y honesto, los otros que caminen por donde quieran, quizá sin salida, fue lo que han elegido.
Piensan que me matan un poco cada día con su indiferencia, no, lo que me dan es sabiduría y ganas de ser siempre la niña que una madrugada ha nascido en medio de nada en un monte.
Oporto, 3 de Agosto de 2013
Carminha Nieves