Antonio Fernández López

SIGNOS.-

 

 

     Flagrante punto y coma,

estela de paréntesis soñando con linderos,

paisajes congelados en forma de cuadrícula,

filamentos de pluma como restos impolutos,

sin alma interrogante.

 

                       ¡Cada letra, cada signo

como una espesa muerte entre comillas!.

 

     ¿Quién montaña, quién roble, quién aroma

que justifique la materia putrefacta

para este falso lago pestilente?.

 

     Un palmo más arriba, otra linea que amenaza:

el punto impenitente enarbolando

su fuerza incontenible,

amasijo de silencio, mensaje sin futuro,

desde una mezcla inútil de mecanografía.

 

     Si quiere demostrar, que surja, exclamativa,

la figura hierática del sueño,

que se exponga a la luz y al calendario,

que publique sus reglas

y desvele lo que oculta en las tinieblas.

 

     ¡Para qué tanto alarde sumergido,

tánto gasto de vida entre las sombras:

suponiendo, deformando, confundiendo,

cuando al fondo se percibe la tristeza

y un puñado de anhelos solitarios!.