En una noche amarga
salí a ver las estrellas
para mi pensamiento puro
sabiendo la señora aquella,
Viajaría ayer sin apuro
donde su amor estuviera,
pero la lluvia ajena
de amores de las parejas
Apagó ese camino
donde vendría ella.
He quedado en nebulosa,
no sabía donde verla
Talves este en la cumbre
donde nacen las estrellas
dejándola en las nubes
en su casa solariega
O quizas allá en la sima
al calor de muchas penas
donde sus versos saldrán
rojos como las teas
El tiempo traerá la gracia
cuando la vida ella tenga
al lado del amor eterno
donde Dios la bendiguiera.