como se entrega el lirio a la caricia fresca del rocío y de la lluvia.
Yo me entregué
como se entrega el trigo al viento blanco del pan.
Yo me entregué
como se entrega el lago a la brisa y a las tempestades ...
No me guardé ni un gesto, ni una idea,
ni una mirada, ni una palabra, ni una caricia, ni un sacrificio ...
Todo lo di
cuando no te conocía,
cuando ni te soñaba,
cuando ni siquiera imaginaba que existieras ...
Y ahora que estás
Que estás allí, detrás de esa puerta, esperando...
No me animo a abrirla.
Si la abro,
seré generoso conmigo
porque te encontraré en tu primavera y con todos tus sueños
pero seré egoísta contigo
porque me encontrarás en mi otoño y con todos mis pasados.
Y me debato, sufro,
Asumo mi llanto...
En este espacio vacío, pequeño e infinito
encerrado por las puertas del ayer y las del mañana.
Las puertas del ayer,
las que se cerraron, ya no se abrirán ...
Y la de hoy, la que está ahí, esperándome...
La que podría salvarme,
no me animo a abrirla ...