Tu nombre ya es otro nombre,
que en silencio habla y calla.
Es una noche fría ,amarga.
Un temporal donde mora la furia del viento;
La decepción vestida con tu cuerpo.
Tus Latidos en la irrealidad,
huelen a tizones, y lloran lagrimas de cobre.
¿Quieres ser propio, utópico en el ansia de infinito?
Siempre en la noche donde te escondes.
No existe el tiempo para tus espejismo.
Nunca un
humano dolor que te resquebraje.
En el mutismo que te envuelve.
¿Nos ignoras?
Partículas de tu nombre
Se fueron desprendiendo del verbo,
Hasta quedar sin ellos.
No hay mar inquieto,
hay cantos en el cielo, canta el viento.
Vive la esperanza toda.
Por fin siento
que no estás, pero, dime, dime:
¿cómo te llamas ahora?
ANTONIA CEADA ACEVEDO