Caminaba, sobre la arena húmeda, no la sentía como tal, estaba tan absorta en sus pensamientos, que podrían ser nubes de algodón.Así estaba de liviana, su cuerpo etéreo, parecía flotar en el aire, la espuma o la brisa marina, eran la misma cosa.Ella andaba porque tenía pies, pero también podrían ser olas, se sentía volar, de vez en cuando, con el vuelo de una gaviota.Más adelante vio como un pato hundía su cabeza, para comer. Y se dijo a sí misma¿ cuándo fue la última vez que lo hice?No recordaba bien, como una función vital, es comer, no importa el estado de ánimo, es básico, elemental. Así que se detuvo en un chiringuito, habían pocas cosas y dijo¿qué es lo que sale más rápido y más económico?-Va muy bien una tortilla de patatas- Si por favor, y una ensalada-Allí comió y se sintió satisfecha, y recorrió con la mirada el entorno, le pareció familiar. Pero si estaba a doscientos metros de su casa. Ahí estaría alguien, de seguro, aunque la última vez, que se despidió, hacía tiempo. Tal vez no quedaran ni los gatos...Entonces caminando hacia su casa, encontró una llave,muy pequeña y dorada¿Será la llave de la fortuna, la que abre la de la felicidad? Siempre tan optimista. Bella era asi, también con ese nombre que le habían puesto, ¿cómo para no serlo? Así la llamaron y es también bella por donde se mire, daba armonía y belleza a todo, lo que tocaba. Sus allegados, también, por sus manos sanadoras, le llamaban hada, pero se resistía, a eso.Creía que aún le faltaba mucho por vivir y aprender, para serlo.Aunque ayer, de atrevida, solamente había una pareja, cerca y la chica le dijo-Si él esta malito, se ve que algo que comió o bebió, anoche. Y Bella se ofreció, con su pomada.Ella sabía que no en sí la pomada, son sus manos y la energía, que transmite. Así al poco rato, la pareja agradecida, ya él se sentía mucho mejor, naturalmente Bella también.