Aquel hombre tomó desesperadamente un lápiz y un trozo de papel, intentaba escribir una lista de lo negativo que había vivido con ella para justificarle a su corazón que no valía la pena implorar más por su regreso…
La noche avanzó y en medio del silencio, sus debilitados dedos no sostuvieron más el lápiz y se durmió profundamente.
En medio de aquel sueño, ella fusionó su espíritu al de él haciéndolo suyo durante toda la noche.
Agrandando las heridas otra vez.