Una Cualquiera (1950)
Agustín Lara
Quisiera hablar con toda la verdad, óyelo bien,
contarle al mundo lo que hay que contar de una mujer;
que sepan todos que tú eres la causa de mi sufrimiento,
de mi cruel tormento, de mi padecer.
Poco a poco te metiste en mi existencia,
tu mirar se clavó en mi alma para siempre,
me llenaste con la luz de tu presencia
y el romance incomparable de tu voz.
Indiscretos mis inviernos asomaron
cuando en ti se despertó la primavera,
para todos tú serás una cualquiera,
pero yo te quiero con todas las fuerzas
de mi corazón.