Deshaciendo la madeja de los años
oyendo los sonidos de la distancia.
Los recuerdos se levantan afanosos y con ansias,
nos regalan su calor, atesorado
con el amor renovado con los años.
Silenciosos y encendidos los sentimientos
se entrelazan cual guirnaldas,
impregnando el aire de fragancias.
Juntos en la misma llanura,
bajo el mismo cielo,
expuestos al espacio;
el amor es como el viento;
coquetea, aumenta y nos exhalta.
Mientras el camino se agiganta
mostrando un inquieto arcoiris
de sensaciones màgicas.
Un càlido temblor penetra en cada fibra
deslizàndose cual abalancha,
nos embriaga con su nèctar
y hechiza nuestras almas.