Hoy me contaron que de mi tú te olvidaste,
Que tus besos que eran míos, a ese otro ya entregaste,
Que tus ojos no me miran, como lo hacían cada tarde,
Que te toma de la mano, y no deja de abrazarte.
No lo culpo, pues tu piel esta toda perfumada,
y tus ojos, siempre bellos, enamoran con soltura,
y tus labios siempre incitan al amor y a la locura,
Y tu sonrisa, preciosa, nunca va a ser igualada.
Pero, ya estoy divagando, solo vine a despedirme,
A desearte dicha y paz, y también para advertirte,
Que el andar enamorando soñadores, sin prudencia,
Hace tu alma hoy acreedora de esta rígida sentencia.
Y lo digo, así sin más: Te sentencio a ser poesía.
De mi pensamiento, de mi llanto y mi alegría.
Y repito, desde ahora tú serás poesía,
Sueño inalcanzable, dicha y agonía.
Y es que aunque él te tenga ya tomada de la mano,
te susurre y te enamore mientras tú vas a su lado,
y aunque de mi, tú ya te hayas olvidado,
Tu recuerdo de mi vida nunca va a ser apartado.
Un recuerdo más en la noche de mi alma,
estrella que fulgura, recordando mi añoranza.
Pues con tu sentencia, llega así la mía:
Y es que aunque no quiera, solo eres poesía.