Estoy tan enamorado de tu silueta,
que un día me hiciste jugar a ser poeta
y quise tratar de escrbirte una poesía,
no sabía como mi mente lo lograría,
pero intenté por si acaso me salía.
Comencé por anotar tu belleza corporal,
y estuve tanto rato tratando de decifrar
cómo tu figura en letras poder plasmar,
que opté dejarlo como adjetivo redundante,
o como si fuera del poema la rima asonante.
Describir tu linda y preciosa forma de ser,
fué aunque no lo creas lo más fácil de hacer,
tu carácter humano en un papel hacer notar,
es algo en ti que hace a cualquiera enamorar.
Luego de un tiempo, de sumar y restar adjetivos,
el poema que te escribí daba latidos de estar vivo,
pero cuando lo leí una vez más ya terminado,
no pensé que le hacía juicio a tu cuerpo sagrado,
mi talento me dijo que lo metiera en un sobre,
que lo botara, pues como poeta, soy bastante pobre.