El amor mío
es lo que necesito de ti,
aquella justicia que me inspiras,
la vislumbre sin dueño del escaso
albedrío en el que estamos,
el aprender de la poca ropa,
no por complejo de inferioridad sino
como prólogo del alba.
Ni tan débil ni tan humilde,
salvo el tiempo exacto de la intrepidez,
¡no vayas a creer que no me cuesta el mundo!,
¡estoy muy lejos de un conquistador de incontables victorias!,
el amor mío quiero de ti
sin saber si me amas, sin preguntas tan sólo
una mirada, una humareda del hombre,
una vieja costumbre y un sueño en los párpados.
Confieso que debajo de mi piel
están mis NUNCA DESEOS,
la nostalgia de convertirte en mi único hogar,
el aire de tu aire que gozo cuando me gozas,
la orilla de mi propio desconcierto cuando te siento,
cuando el corazón y el paisaje
son las caricias y los besos, el amor mío atormentado de ti
y mi paciencia, y la belleza sin mero simulacro.
Por decirte lo que te digo
respiro en gritos sin ilusión, y palpito la razón
con mis labios apretados,
por encontrar en las manos solamente mi ser y estar,
el amor mío al naufragar ante la falta de pájaros
y silencios, por otro cielo por quien pudiera
cambiar ante las faltas, confieso que en una
página en blanco seré todo lo que ansíes pedirme.
Justo ahí, cuando creo que no pertenezco a ningún sitio,
cuando vengo sin haberme ido,
como quien sabe vagabundear sin pronunciar saliva,
el amor mío,
la mujer de mis sueños,
el sentido de mi vida tiene tu nombre, y es como si las horas
no existiesen, como si nada fuese necesario más que el amor,
el amor mío que necesito de ti, cuando confieso que TE AMO.
T de S
MRGC