Necesito un pacto,
tan solo de una noche,
unas cuantas horas de un olvido inminente,
de contemplar lo obvio, para matarlo por completo.
Unas horas en las que la voz sea nuestras manos y nuestra vida el respirar mutuo,
sin rencores ni recuerdos,
sin amores ni derrotas,
solo tu y yo, perdidos en mil fantasias, miradas y aromas que hacen estremecer nuestro mundo,
dos mundos contrario echos uno por un pacto,
el pacto de mi vida,
sin un contrato ni una firma,
solo guardado en secreto por caricias prohibidas,
y borrado del calendario, volviendolo una fantasia increible de mi pensamiento
Maria Antonia Santamaria
12-12-09