Hugo Emilio Ocanto

Frente a ustedes, público (Escena teatral) Parte dos - FINAL

---¡Qué gran sorpresa, adelante, pasa!

---Hola, Francisco. He de quedarme sólo un momento, no quiero molestarte.

---No es molestia tu presencia...

---¿Estás muy ocupado?

---No, al contrario, estoy muy desocupado. Tu visita me resulta tan imprevista... pero créeme que me alegro mucho hayas venido.

---El tiempo pasa, Francisco... hace bastante que no nos vemos ni comunicamos...¿cómo andas de salud?

---Debo ser sincero contigo...aunque no lo creas...

---Muchas veces me has mentido, y he llegado a creerte, a pesar de mis dudas y tus actitudes tan insólitas...

---Elena, me estás recalcando el pasado. Tú preguntaste cómo estoy de salud. Ella es tiempo presente... y la verdad es que no me siento muy bien. Estoy en tratamiento médico, como tú sabes, pero últimamente, en vez de sentirme mejor, estoy peor...

---¿Debido, por qué estás peor, qué es lo que sientes?

---Tristeza, soledad... hay momentos en que nada quiero de la vida, me siento sin ganas de nada...Elena, estás tiritando...qué tonto he sido, no te he ofrecido siquiera te seques, estás algo mojada...

---No te preocupes Francisco, cuando salí de casa no atiné a ser precavida y salir con un paraguas...

---Voy a buscarte una toalla para que te seques... pasa tú al baño y dispón de él... ve mientras te sirvo algo para tomar...

---Paso al baño, Francisco... no deseo nada para tomar...

(Elena entra al baño y sale enseguida)

---No era para tanto, tan sólo han sido unas gotas... hablábamos de tu salud...¿por qué te sientes tan solo?

---Porque realmente lo estoy... he perdido amistades, he perdido a mi público, mi familia...

---He sido yo parte de tu familia, como también lo han sido nuestros hijos...tú fuiste el resp...

---Dilo, Elena, sí, yo he sido el responsable de que ustedes se alejaran de mi vida...

---Francisco, nada he venido a recriminarte...hace tiempo hemos conversado bastante al respecto...ante la ley, seguimos siendo marido y mujer...te propuse nos divorciáramos, y nunca quisiste aceptarlo...y yo, por orgullo, nunca acepté nada de ti... jamás me he arrepentido de mi resolución, y tú...

---¡Nada he hecho para que tuviesen lo que se merecían, dilo!...

---El pasado, ya es pasado, Francisco. Debes vivir el presente...este presente que es más aterrador que el pasado...

---No entiendo qué es lo que quieres decir...

---Déjame explicártelo, brevemente, no dispongo de tiempo para extenderme demasiado en palabras que estén demás... el presente debemos vivirlo tal cual lo manda el destino...así lo asumo yo... como también tú debes aceptar lo que la vida nos brinda... alegrías, tristeza, soledad, enfermedades, accidentes...

---¿Accidentes, qué es lo que ha ocurrido? Algo ha pasado, lo noto en tu rostro...

---Uno de nuestros hijos, Enriquito, ha tenido un grave accidente...lo ha chocado un coche... está bastante grave... me pareció lo más correcto decírtelo personalmente...en realidad, llamé por teléfono, pero no me daba tono...

---¡Hasta de eso soy culpable, Elena!. Escuché llamar el teléfono, y yo estaba tan loco, que arranqué el cable...entonces... eras tú la que llamaba, y para decirme... ¡nuestro hijo!...¿está realmente tan grave?...¡No me contestes, no me digas nada! ¿cómo puedo llegar a hacerte tal pregunta ante tu afirmación del accidente? ¡No, Dios... no permitas!... Elena, no me siento culpable del accidente de nuestro hijo, sí me siento resposable de lo que ustedes han tenido que pasar por mi maldad... por mi egoísmo...pero puede haber esperanzas, ¿verdad?... ¿sale cara esa operación?...

---Sí, muy cara...

---Así me cueste toda mi fortuna, está a disposición de nuestro hijo...Oh Elena, cuánto lo siento, cómo lamento lo que le ha pasado a nuestro bebé, ya grande...y tan inteligente, como su madre... ¿me permites ir contigo a verlo?...

---Eres su padre, Francisco, te corresponde hacerlo...¿cómo no voy a permitírtelo?

---Elena,  (Llora) perdóname todas las injusticias que he cometido...soy un canalla... (Continúa llorando, desconsoladamente) ¡Oh, Dios, ayúdanos!... ¡qué mal me he portado con ustedes, mi familia... mi todo en la vida!...

(Sigue llorando)   Recién ahora ante esta desgracia, estoy reconociendo los grandes errores de mi vida... Perdóname, Elena, ¡perdóname!... yo... te sigo amando, pero no he querido reconocerlo, por venganza... por haberme ustedes abandonado...y yo no he sabido recuperarlos en su momento...¡Hijos, perdónenme, Dios...Elena, perdónenme! ¡Quiero volver a vivir con ustedes Elena! Han de ser mi salvación...siempre... todo este tiempo... los he amado, en silencio... egoístamente... no aceptaba reconocer mis horrorosos errores...  (llora)  Quiero estar con ustedes porque los amo, siempre los he amado...Elena... ¡Mi Elena, te amo!...

---¡Francisco... mi Francisco!...

(SE ABRAZAN. AMBOS LLORAN.)

TELON BAJA LENTAMENTE

Todos los derechos reservados del autor (Hugo Emilio Ocanto - 08/08/2013)