¿Qué te dice la noche cuando miras al rededor? , vislumbra y se expande, te pierdes en su profundidad y callas
donde hay frio te asecha y la humedad del cuarto se evaporiza
mirando al rededor, tus pupilas atrapan el tiempo en su máximo esplendor.
Y cuando todo parece perderse en el abismo
dentro de tu inconsciente viajas amando el vértigo
como un hada perdida en el silencio solo promete escuchar y no preguntar mas
hemos llegado al final de nuestros días, he saltado sobre el lago con aguas purpuras
y tú has caído sobre los cráteres acogedores de la luna.
Te atrapan, crean una ambivalencia propia, resguardando los suspiros del amanecer próximo, de pronto se escucha un aleteo feroz e insípido
si no es destino es cristal, una transparencia agresiva de sonidos, el aire se va pero exististe el suspiro
un aliento al rojo vivo, el maquinista perdido
por eso la luna se mueve en un sí y un no al vació
puramente de cristal , con puentes de alivio.
Ha bajado el sol, y con sus grandes brazos nos amarra a él, nuestros sueños arden más que nunca, nuestros sentimientos están calcinados
pero estamos de pie aun, girando sobre el circulo de fuego
la reina de la luz esta triste
a lo lejos se deja escuchar un pequeño violín
¿a qué le temes?
son los pasos de la muerte
eres vulnerable en tu propia vida.
La melodía cada vez es más fuerte, hasta que el cadáver sale de su olvido, pálido y lucido con un desenfreno prohibido, tocando fiel mente una canción sin menor juicio
trivial constancia y ella no aguarda, haciendo un tabú impecable en su espalda
cae entre cenizas rodeada de llamas
y el tal cual podrido acompañante no crea más que sonatas, danzando en las sombras y sobre la decadencia de ella
con pazos exóticos, perseverantes en su miseria.
Entre las cenizas que derrocha el ave, emergen nuevas creaturas sedientas y enamoradas del tesoro escondido
frente a tus ojos se muestra la señal nunca captada
no entendiste mi mensaje o no entendí el tuyo.
Y despampanantes esos ojos se hacen rimbombantes
mirando el horizonte desconocido, enterrado entre el fuego y el poco alivio
es como un veneno alusivo, ácido extrovertido
carente de ideas
pero con un frenético latido
crispado por la lluvia de fuego y esa danza al calor frío.
(Roke Ger y Gothic Doll).