Alcibiades

Nos amábamos en excesos

Tenerte siempre es lo que más ansía,

alejarte de mí el tiempo se atreve.

Tu ausencia trataré que sea leve,

evocando dulzor de tu ambrosía.

 

Este tiempo conmigo, fue una gracia,

al ser tan hermoso, se torno breve.

Me ceñís como a montaña la nieve,

sentí arrimo de tu suave eficacia

 

Guardaré como fresca madrugada,

recordando nuestra noche encantada,

cuando mi rostro perfuma tus besos,

 

Mientras, aun soy la desnuda montaña,

la suave fragancia, mi ser extraña

el tiempo, pues me amabas en excesos.

 

El señor de los fierros

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La suavidad de tus besos será el motivo que me una a ti, una y mil veces te diré, que hermosa eres…