Su dulce corazón es el emblema,
que graba en mí el amor a sangre y fuego
sus besos mi delirio, no lo niego,
pues sacian esta sed que el alma quema.
Sus ojos codiciables como gemas,
me miran dulcemente y yo me entrego,
al canto de su voz que da sosiego,
es ella la poesía y yo el poema,
Si la comparación es atrevida
entonces les diré, ella es mi vida,
sü alma la esencia, en luz y fulgor.
Por último entre todo les revelo,
que su amor en mi suelo es el cielo,
su perfume es mi aire, su piel mi calor.