El día comienza sosegado pero inquieto
Con caricias de ramas sobre el todo y sus partes
Y madreselvas enlazadas donde se hace eco
Allí, donde la luz a la oscuridad se une
Lengua de mar sedienta de esencia
Explora al detalle la gruta divina
Para sorber su jugo con total indecencia
Despacio fluye el manantial del cielo
Con gemidos del viento a un compás repetido
Y una presión rígida que pide consuelo
De lamer la sabia del tallo erguido
Tronco que por ramas se ve agitado
Y que cuando la madreselva lo cubre y destapa
A punto estalla con el fin esperado
Mas ahora la cueva se ve penetrada
Con temblores cada vez más corrientes
Que provocan pasión de suspiros calientes
Ardiente aparece el posterior rencuentro
Cuando el leño invade otra abertura
Y sin parar golpea afuera y adentro
Hasta que el mana se expulsa de forma pura