Raul Gonzaga

Los hijos

Es el amor por los hijos

El más puro y abnegado,

Pues sufrimos sus caídas

Y lloramos sus fracasos;

 

Son sus lágrimas espadas

Que laceran nuestros pechos,

Son sus horas solitarias

En nosotros cruel infierno;

 

Moriríamos contentos

Si con ello los salvamos,

Y aceptamos como Job

Toda prueba sin dudarlo;

 

Nada nos llena de gozo

Como el ver que están jugando,

Desde que son muy pequeños

O cuando ya están casados;

 

Es cartera sin fronteras,

Si algún presente les damos;

Y es un tiempo sin horarios,

Para poder apoyarlos;

 

Y si algún día se marchan,

¡Cuánto duele un hijo ausente!

En soledad aceptamos

Que fue muy duro perderle;

 

Pero del caos resurge

Nueva luz para alentarnos,

Esos nietos que nos llenan

Con sus gracias, con sus pasos;

 

Es verdad irrefutable

Que entre hijos, padres y abuelos

Existe el amor más puro:

Más honesto y verdadero…