Tú eres a quien quiero, tú eres a quien el alma le entrego; por quien escojo infierno antes que cielo. Tú eres de mis sueños el dueño, de mis pesadillas creador; y de mis silencios el único autor. Te entrego mi cuerpo a como lo quieras querer, te expreso mis emociones a flor de piel; contemplo tu rigidez, esa que no pierdes mes a mes. Escucho cómo mi corazón poco a poco se arranca de mi pecho para brincar hacia tu lecho. Quererte es perder el miedo a sufrir, quererte es creer que hay por qué vivir; quererte es perder el miedo al dolor, quererte es ser contigo todo lo que soy. No hay más por decir, lo plasmado en éstas líneas siempre ha estado frente a ti... Es justo sufrir, es justo sentir, pero es muy injusto querer tú mismo que mi ser encuentre quién te pueda suplir.