Alexander J. Montero

La sed puede mas que el agua.

Le debe tanto a mi pecho la vida injusta,

si canta el arrollo el jilguero

pronto abre las alas y se desnuda,

y a si en presencia de este marchito ceño

vuela hiriendo y enamorándome la vida.

 

Si le doy la espalda al mar

me apresa el eco,

si le beso la boca al eco

la sal me deja volando muerto

y si a la sal abandono a lo lejos

el horizonte canta la nostalgia

de los nuevos ciegos.

 

Le debe tanto a mi pecho la vida injusta

que caminar sobre los cristales rotos

del cielo ya no puedo,

que al mar en la noche al dolor

embarcar sobre el muelle de mi almohada debo

para no amanecer en la soledad

y el llorar de los náufragos nuevos.