Donaciano Bueno

Tertulianos

Ayer escuché a una tal,
locutora de una radio nacional,
prefiero omitir su nombre,
en una de esas tertulias
donde algún hombre cabal,
políticos y farfullas,
exponen sus teorías,
manifiestan empatías,
sobre cinco mil cuestiones,
lanzando sus opiniones
-razones y sinrazones-
hasta del juicio final.

 

Es frecuente y muy habitual
que opinen de emprendedores
sin que se apliquen el cuento,
puesto que por lo general
-políticos, sindicalistas,
paniaguados, funcionarios,
menos algún periodista-
todos viven del erario.

 

Teóricos de recetarios
van criticando a empresarios
lanzando en cada momento
medidas sin fundamento
que palien sin dilación
el empleo en la nación.

 

¡Qué sabrán estos señores
-obras, dicen, son amores,
no bastan buenas razones-
si en su puñetera vida
han jugado una partida,
si no saben qué es comprar,
ni vender, ni amortizar,
ni a empleados contratar,
arriesgando el patrimonio,
unirse al mismo demonio
para sacar adelante
un proyecto ilusionante
evitando poder dar
con los huesos sin parar
en el infierno de Dante!.