Amanece raudo no hay pausas en el tiempo que corre en contra de nuestras necesidades y sin darte por enterado anclados siguen los sueños y deseos olvidados, con arrugas pronunciadas por el paso de los años que no alcanzan a la ocasión para ser realidad.
El café pasado pierde su esencia mientras las noticias de la mañana anuncian lo mismo de siempre, tanto que a veces parece que el mismo sujeto cometió suicidio dos veces.
La rutina de siempre no regala tregua para curar viejas heridas, la vida sigue su curso, la función debe continuar incluso regalando la mejor sonrisa a nuestro antagonista.
El día a día sin emociones nuevas parece un libro de historia de paginas blancas escrita por un manco que pide al experto alquimista algo nuevo para contar.
Amanece otra vez, hoy; me pondré los calcetines al revés en busca de un nuevo arrebato que sin llegar a la inconsciencia me cuente con adrenalina que este no será un día cualquiera, uno como tantos otros de esta vida, hoy cual delincuente célebre asesinaré esta vil RUTINA.