rosi12

Zapatos I

Cruzaba una balsa, sus zapatos, se quebraron al saltar a ella.Uno le quedó chueco y entonces iba cogeando, los tiró al agua, ciertamente, así imposible seguir caminando, era preferible estar descalza. En el arrojo de los zapatos, como si fuera su cumpleaños, en vez de estar apagando velas, pide los tres deseos.Uno encontrar unos zapatos bien bonitos, dos, un amor y tres ser feliz. Oy...se había olvidado del trabajo. Pero si, se dijo, ya había trabajado bastante y su madre también como trabajaba, la había obligado a criar a sus hermanos más pequeños. Asi que ya está, lo que venga, será lo mejor. Cruzaba la balsa y familias que se peleaban y se gritaban. Los niños algunos jugaban y otros lloraban porque le habían sacado el chupete. El paisaje era hermoso, el mar de un color intenso azul, porque debajo había piedras y como era árido en la costa crecían cactus, largos y finos, que verían infinitamente bellas puestas de sol, apartados, solitarios y unidos en su grandeza, no habría ningún pequeñajo, que los quisieran trasplantar. Su acceso era prácticamente imposible, demasiado empinado. Cuando estaba por bajarse a la costa, también coches lo hacían. Y uno de ellos era como una tienda ambulante de zapatos, ¡Ay que rico!, se metió dentro y allí había un niño, que le dice-mira es mi papá que los vende, pero si te gusta alguno, por un beso te los regalo, lo pones aquí y nadie se dará cuenta -señalándole un bolso que tenía. Ella que andaba descalza, sin más ni más, elige unos violetas a pintas rojas, le son cómodos, no solo le da un beso le da un abrazo.El niño sonríe, con mucha felicidad, ante tanta efusividad de la joven. Después de todo eran unos zapatos. Su padre, hablaba y fumaba con otros hombres, llevaba un sombrero. La joven le dice -me marcho rápido, por las dudas, no quiero que tengas problemas con tu papi.--No estate tranquila, nadie lo sabrá-. Ella muy contenta, se baja de la balsa con sus zapatos nuevecitos...