El faro, que esta de aquel lado del mar,
es el que dirige mi destino.
El faro que esta de aquel lado del mar
es el que alumbra mi camino
en medio de un mar embravecido.
El faro que me guía, me da su luz,
eres tú, mí amado Jesús
que a tú voz, el mar se aquieta,
como se aquieta mi alma
en medio de la tormenta.
Todo el que quiera llegar
a un puerto seguro, a ti deben de ver,
en medio, de un día oscuro,
porque alumbras el camino
para llegar a un puerto seguro.
Cuando más arrecia la tormenta,
volteo, a ver el faro de luz
eres tú, mí divino Jesús,
que a tu voz, la tormenta cesa.
Y veo un faro de luz, de aquel lado del mar,
eres tú mi buen Jesús...
que a puerto seguro,… seguro me llevarás
Alicia Pérez Hernández
Escribo lo que pienso… para hacerte pensar