Tus cabellos rojos llegaron a mis pulmones
Cuando nadaba en la profunda muerte,
Del fondo de las aguas salí disparado
Todavía débil e inconsciente
No recobraba el sentido,
Soñando contigo,
Entre promesas y letras
Estaba perdido
La realidad se alejaba
Del mundo que me pintabas;
Cuando susurrabas «te cielo»
Se extendían mis alas
Llegué a volar en tus palabras,
Estando encima de las nubes
El mundo se me olvidaba
Cómo olvidar la tarde de primavera
Cuando miré tus ojos por vez primera;
Tus cálidos ojos, que me cruzaban,
Se detenían y me abrigaban;
Después se volteaban vacilantes y vagos
Para dejarme contemplar tus cabellos rebeldes;
Que caían sin más formando unas discretas curvas
Que me invitaban a contemplar tu figura
No sé quién te diseño
Pero seguro te hizo a mi medida,
No hay un milímetro en tu piel
Que no le guste a mis ojos
No hay un tono en tu voz
Que no llene de gozo mis oídos
No hay un aroma en tu cuerpo
Que no se quede en mis pómulos
Mi boca sedienta se encuentra
Porque tus labios me llaman,
Pero aunque tenga sed
Tú ya no eres agua
Mis manos se secan
Porque les falta tu sudor,
Les falta el rose, les falta vida
Y qué decir de tu cabeza
Una flor puede ser bella
Pero no la cortas si no está abierta
Tu mente me intriga, me llena,
Quisiera ser una célula, y estar adentro,
Para brincar por tus sueños
Mi vida entera
Quisiera encontrarte otra vez
Porque aunque sé dónde estás,
Te siento cómo ausente,
Si tú te encuentras un día,
Lleva en tu mente presente,
Que aquí está el dios del trueno,
El que proclamaste dueño,
De tus labios eternos
Autor: Noel Cruzamor