Interrogación de cierre abrazada por dos ramas,
en soledad no exenta de ironía.
Te recuerdo antigua y extranjera,
questio es tu origen, del griego donde no te emplean.
En mi idioma necesitas de alguien que comience tu tiempo
Igual a ti, y de cabeza, quien crea la apertura magnifica,
Juntas merecedoras del resguardo de la duda directa.
Mas sin embargo eras duda y no sentimiento
Dime ¿Cómo puedo admirarte en papel?, con alegría
escuché io, ¡eureka! Surge la exclamación, también antigua,
también extranjera; parcial, total, de la interjección
su confidente. Hermosa por donde quiera que la vea.
Pero me imagine ambas fusionadas, como si
expresaran una gama de siluetas vivas,
como si dijesen ambas al unísono:
Somos igual de antiguas, igual de extranjera,
porque no dejamos a un lado las preguntas
y los gritos, al fin y al cabo venimos
buscando en otro idioma vida;
Y si estamos juntas, renovemos la escritura y
la retórica “Somos sinergia activa”,
¡¿no es verdad que dudar es alegría?!
¡dudar es admiración!