Alexander J. Montero

La luna disuelta en agua

 Abren las gotas de lluvia

la superficie del agua y se entregan

enfermas a ser parte de la infinidad del mar,

el rayo truena en su tormenta

celoso y ciego, sediento y muerto

busca llenar con fuego su hambre

y entonces me doy cuenta que tus ojos

han comenzado a llorar.

 

Quisiera tomarte de las manos

y abrazarte con alas, prisión y cielo

pero el espejo solo me deja mirar,

han pasado tantos días y tantas noches,

tantos intentos y tantos sueños

que hoy me da igual si llueve o se rompe el mar,

cuesta cargar con las estrellas en el cielo

cuesta navegar en la noche,

cuesta hablarle a un dios que se niega a hablar.

 

Abren las alas y comienzan a volar,

una después de la otra vuelan las palabras de mi boca

sus plumas lloran y caen como gotas,

suspiro y parece que he silbado toda mi alma rota

y entonces el rayo cae.

¿a donde emigran las aves y las nubes de mis ojos?

antes pensaba en tus labios como único fin

pero ¿cuales labios? si solo he bebido de sus despojos.

 

Buenaventura la de Atlas,

que ligero peso el de su espalda

y que desgraciados han sido mis ojos

que han cargado con tu rostro y con tu sombra,

esa que me sigue asta los sueños,

dame muerte con la mirada,

acaba con esta luna disuelta en todas las mañanas

y déjame cerrar los ojos,

espera asta que me duerma, asta que ya no sienta mas nada.