El alma cansada, el corazón más viejo, el recuerdo de unos años ya pasados.
Cuerpo maltrecho, desgastado por el paso de unos años lentos.
La arruga en la piel declara abiertamente que la juventud a pasado, la madurez de una mente aun joven que se muere por retener el amor olvidado que hoy vuelve a renacer.
Difícil tarea, no estamos solos, no somos libres, dependen de nosotros y nosotros de ellos, los hijos de las vidas separadas que hoy nos recuerdan que este amor no será como el anterior.
Conservar el recuerdo intacto y soñar con el, es duro para el alma que se muere por retroceder y volver a empezar.
Quizás nos equivocamos al besarnos, quizás nos equivocamos cuando nos deseamos y cuando nos recordamos en la soledad, escondidos buscando espacio libre de toda responsabilidad, para dejar volar la imaginación y el deseo, para soñar despiertos y poder sentir la alegría del corazón, y entonces se dibuja en nuestros rostros una sonrisa, que no podemos disimular.