Es el mundo y se mueve cual amigo.
Eres tú el que con gran y fiel firmeza
a la amistad la haces una alteza
crecida de honradez y va contigo.
A la estima, se cuida y es abrigo
que en la fraternidad de la grandeza
hay que oponerse al mar de la flaqueza,
de lo falso, lo indigno; yo te sigo.
Con tu nobleza, aceptas dar la mano
y la extiendes y eres quien declara
que se puede también caer herido.
Cuando el halago salta, vese clara
una simulación, y voz en vano
ignoras y toleras lo servido.