Yazmin Velderrain
Aunque lo sepas.
Y es la Luna lo que veo por este tragaluz, es ella acompañándome en esta mi cruz;
Y aquí estoy yo con un silencio ensordecedor a causa de haber perdido tu amor, en éstas cuatro paredes que se vuelven estrechas en la madrugada y me hacen sentir asustada;
Y es la Luna mi única compañía desde tu partida, cada nota en mi guitarra es un pedazo de mi alma que aún no te olvida;
Y pueden pasar mil noches y mil días, sin embargo anhelo con más fuerza tenerte de nuevo en mi vida;
Este golpe de tormenta nunca lo viví despierta, cada beso dado lo recuerdo con aquella gracia de un día nublado;
Este amor que maldigo es por el mismo que vivo en desatino, todo mi corazón te lo llevaste y me dejaste con el puro cascarón;
¿Qué más da? Sólo la sinceridad de la soledad que me alimenta, sólo el dolor de vivir con desgracia a causa de mano ajena;
Tú, amor, que te vas con lo mucho que te di, tú, amor, que te alejas de aquí, te digo: en este mundo ya no hay lugar para mí, mi lugar eras tú, mi planeta siempre tú.
Adiós, adiós, te esperaré siempre soñando un nuevo fin.