Queda
la sensación de haber besado tus arenas
que un oasis acogió mi alma en penas
y tu amor fue el manantial de mi verbena.
Queda
la sensación de un horizonte sin palmeras
y yo el beduino que vivía su quimera
bajo una carpa
mi corazón y tus cadenas.
Ahora
debo intentar cruzar de nuevo este desierto
sabiendo que posiblemente no haya puertos
y una mujer que pueda ver
esta pasión de un hombre que hoy se siente muerto.
Ahora
debo evitar en mi camino los abismos
la sed que yo quise apagar con espejismos,
me dio mas sed y ahora sé,
que no será fácil amar
y continuar siendo el mismo