(Dirección General de Ingresos, 1986)
Del calor al frío sólo existe la distancia
de tus brazos ausentes y,
de la luz a la oscuridad, tus ojos que ya no ven
la senda que pudimos andar.
Del pasado al presente, de allá nomás, sólo existes tú que ya no estás.
Entonces, ¿Qué puedo traerme de allá nomás?
Dímelo tú que eres la razón de este abismo.
Malaya mi terquedad, de seguirte trayendo
de allá nomás.