No deseo mi nombre en letras de bronce
Ni tampoco quede impreso en la gloria
Ni en el blanco mármol, esculpido sea.
Si, en tierra fundida de arcilla cocida
En la que se diga aquí yace un hombre,
Que amo la vida, que amo la poesía.
Mas allá de la muerte, mas allá del olvido
Sin blasones, coronas, laureles ni olivos
Solo alguien que lea mi humilde poema.
Si e de trascender, que solo sea en letras
En las simples notas que el poeta deja
Canciones, poemas, sonetos, protesta.
Protesta si digo pues no todo es bello
No todo es amor, dulzuras eternas,
Contra la injusticia también se rebela
Amarga tristeza campea en el mundo
Hay hambre dolor, miserables guerras
Por eso es que Dios creo a los poetas.
Para que se alzara su voz en la tierra
Contra la injusticia esgrima su verba
Sin yelmo ni lanza, la palabra eterna.
Por eso yo quiero mi tumba sea austera
Una simple placa de arcilla cocida
Ni mármol ni bronces ni ricas ofrendas.
Y diga el paseante, aquí yace un poeta
Y de vez en cuando una rosa fresca.
Por saber nomás, que se me recuerda.
No deseo mi nombre en letras de bronce
Ni tampoco quede impreso en la gloria
Ni en el blanco mármol, esculpido sea.
Nicolás Ferreira Lamaita.