En primer lugar, no sé por dónde empezar:
es que a mí, el obedecer no me ha hecho hombre.
En segundo lugar,
!No sé por qué existen los segundos lugares!
Si ya todo me sé de memoria.
Si ya todo fue.
Me enseñaron a creer en algo
que todavía cree,
crea,
y sigue creyendo que jamás dará resultado.
Pero, piénsalo, no lleguemos al tercer lugar:
qué está demasiado lejos:
como tú.
Quedémonos donde estamos:
entre llamadas y letras
entre aviones y escudos.
Porque en algún cuarto lugar:
Todavía no hemos nacido.
O quizás vivimos juntos.