Difícil es decir adiós, es como menguar las fuerzas todas.
Despedirse de la forma más pronta, inesperada, duele, mata.
Decir un adiós lo es todo.
Un hasta pronto es casi nada.
Hubiese querido vivir más tiempo contigo,
que formaras parte de cada paso en mi camino.
Amaneció frío, extraño, con una serenidad inhóspita.
Con el más leve suspiro mi carne se helaba,
algo en mi pecho esperaba,
entonces sonó el teléfono,
tu madre me dijo que habías muerto,
se detuvo mi tiempo, no pude pronunciar palabra.
Recordé todo, en mi aun vivías,
pues necesitaba ver tu cuerpo, necesita comprobar
lo que me decían, estaba lejos , a miles de kilómetros,
lo más rápido en llegar era a tu entierro.
No creí nada, aun no aceptaba que te habías ido,
que no te vería, que no podría sentir más tus labios.
Marqué tantas veces a tu teléfono,
quería escuchar tu voz.
Siempre después de todo, al llegar a casa,
hablábamos por horas, pero ayer no pude marcarte
y hoy me dicen que has muerto,
¿ cómo? No sé,
sólo se que no tendré jamás tu cuerpo entre mis manos.
Una tremenda confusión invade mi mente,
mi cuerpo tiembla, siento que muero
que algo me asfixia.
¡Maldita sea! Si hubiese estado contigo,
si hubiese tomado tus manos en el último instante tuyo.
si hubiese muerto contigo estaría mejor.
Deje el trabajo, la escuela ,no he cargado más que una pequeña
maleta, voy camino a ti,
y el avión parece ser tan lento, revise tus mensajes,
leí tantas veces los te amo tuyos,
los espérame, solo falta un año para volver
y el año no llegoó yo no llegue, nos ganó la muerte.
El entierro fue lo más agonizante, lo más horrible,
verte partir dentro de una caja, dejarte ahí, ante tu peor miedo,
y no pude detener las paladas de tierra en tu caja, te besé los labios,
las manos, los ojos, el rostro, te dije tantas cosas al oído,
y después de todo te avente una rosa blanca.
Me dicen que sea fuerte,
que todo pasa, que el tiempo es el mejor amigo,
y no les creo nada, porque se que el tiempo me pudrirá
en mi dolor, en la necesidad de verte, de sentirte, de escucharte,
nada me hará olvidarte, ni el tiempo, ni la distancia
pues tú eres mi vida.
Te enterramos ayer,
no culpo a Dios de nada, no quiero que me digan
que fea fue tu muerte, te recuerdo con vida,
te recordaré siempre feliz, sin agonías.
te enterraron, te enterramos ayer,
para jamás volver.